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Inercia termíca en elementos de construcción
  Si se somete a un edificio a una variación del flujo de calor en forma periodica (variación típica a lo largo del día), la inercia térmica produce un desfasaje de la onda de temperatura en el tiempo y una amortiguación de esta onda al atravesar un elemento constructivo. La inercia térmica de un edificio depende de la masa de los elementos que lo constituyen, de la conductividad térmica, de la capacidad calorífica específica y de la ubicación relativa de cada una de las capas que conforman el elemento.
  Un elemento de la envolvente de un edificio constituido por una serie de capas almacena parte del calor que incide sobre la capa exterior del elemento en esta capa y el remanente pasa a la segunda capa, almacenandose en esta; el remanente, a su vez, pasa a la capa siguiente y asi sucesivamente hasta alcanzar la capa en contacto con la aire interior.
  La cantidad de calor almacenada en cada capa depende de su masa y de su capacidad calorifica especifica, a mayor masa corresponde generalmente una capacidad calorífica elevada y por consiguiente una gran capacidad de almacenamiento energético. Las capas aislantes en contacto con el aire interior disminuyen el flujo de calor que llega al ambiente y limita a su vez el almacenamiento del exceso de calor interno en las capas vinculadas a este espacio, disminuyendo el efecto moderador de la temperatura interior deseable en climas con gran amplitud térmica a lo largo del día
  Contando con una inercia térmica adecuada, el desfasaje en la variación de la onda de calor puede llegar desde algunos minutos hasta varios días, siendo los valores usuales para el tipo de construcción tipica en la región entre 2 y 8 horas, lo que significa que cuando exteriormente la temperatura comienza a disminuir en las capas interiores la temperatura comienza a aumentar.
  En zonas de gran amplitud térmica se requieren elementos constructivos con una adecuada aislación y cierta inercia térmica de manera de asegurar confort interior durante las horas de mayor temperatura y radiación solar en el exterior y a la vez controlar el exceso de calor que generalmente se produce en estas zonas. Esta precaución combinada con una adecuada ventilación nocturna brindará edificios confortables con bajo consumo energético.
 
Arq° Jose Reyes